El reciente fallecimiento de Mario Limonta ha dejado un vacío en el corazón de los cubanos y en la historia de la cultura nacional. Este icónico actor, nacido el 19 de enero de 1936 en Guantánamo, es recordado como uno de los pilares del humor cubano y una figura central en la televisión y la radio durante más de seis décadas. Su legado de risas y reflexiones trascenderá generaciones, convirtiéndolo en un verdadero emblema del arte popular cubano.
Orígenes y Primeros Pasos en el Arte
Mario Limonta nació en una familia humilde en Guantánamo, donde desarrolló un temprano interés por las artes escénicas. Desde joven demostró una habilidad innata para conectar con el público, ya fuera a través del teatro comunitario o participando en pequeñas producciones locales. Su carisma y talento lo llevaron a buscar oportunidades en la capital, donde su carrera comenzaría a florecer.
La Época Dorada de San Nicolás del Peladero
Uno de los momentos más destacados de su carrera llegó con su papel como el inolvidable Sargento Arencibia en San Nicolás del Peladero. Este programa de televisión, que se transmitió durante varias décadas, marcó un antes y un después en el entretenimiento cubano. Arencibia, con su humor ingenuo y sus ocurrencias, se convirtió en un personaje entrañable para el público.
Limonta trabajó junto a grandes figuras del humor cubano como Enrique Santiesteban y María de los Ángeles Santana, logrando una química en pantalla que cimentó el éxito del programa. Su interpretación destacó por combinar elementos de comedia física y verbal, mostrando su versatilidad como actor.
Trayectoria Radial y Personajes Memorables

El talento de Mario Limonta no se limitó a la televisión. En la radio, brilló como Sandalio el vola´o en el popular programa Alegrías de Sobremesa. Este personaje, conocido por su humor peculiar y su carácter entrañable, resonó profundamente con los oyentes.
En este espacio, compartió escena con su esposa, la legendaria Aurora Basnuevo, conocida como La Mulatísima. Juntos formaron una de las parejas más queridas del medio artístico cubano, dejando momentos inolvidables que aún viven en la memoria colectiva de su audiencia. Su relación, basada en el amor y la complicidad, se reflejaba en sus actuaciones conjuntas, donde lograban una conexión especial que trascendía el ámbito profesional y tocaba los corazones de quienes los escuchaban.
Versatilidad y Profesionalismo en las Artes
Aunque Mario Limonta es conocido principalmente por su trabajo en la comedia, su carrera abarcó una amplia gama de géneros. Su capacidad para interpretar personajes profundos y complejos demostró su profesionalismo y dedicación al arte. Era un actor comprometido, dispuesto a explorar nuevas facetas para enriquecer su trayectoria.
El Legado que Deja a las Nuevas Generaciones
Mario Limonta no solo fue un maestro del humor; también fue un ejemplo de disciplina y amor por el arte. Su trabajo inspiró a generaciones de actores y humoristas cubanos que lo ven como un modelo a seguir. Su legado trasciende las pantallas y los micrófonos, quedando grabado en el corazón del pueblo cubano.
La vida y obra de Mario Limonta son un testimonio del poder del humor para unir a las personas y generar felicidad. Su partida nos deja una gran pérdida, pero también una invaluable herencia cultural. Hoy, más que nunca, celebramos su vida y su contribución al arte cubano, seguros de que su memoria seguirá iluminando los escenarios y las ondas radiales del futuro.